Cinco consejos para mantener en verano nuestras rutinas deportivas

Algunas personas optan por dejar de hacer deporte en verano.

Evitar las horas de calor, hidratarse bien, optar por deportes veraniegos, protegerse del sol, descansar, una dieta equilibrada... Recorremos algunas pautas necesarias para poder mantener tus rutinas deportivas también (y pese al calor) en verano.

Aunque algunos aprovechan la llegada del verano (y el tener más tiempo libre si tenemos vacaciones) para practicar más deporte, a otros les invade una modorra veraniega y prefieren alargar la siesta a ponerse las mallas. Pero para que el calor del verano no sea el motivo por el que abandones tu rutina deportiva, hoy queremos darte cinco consejos a tener en cuenta este verano para seguir practicando tu deporte favorito sin poner en riesgo tu salud.

1. Evitar las horas de máximo calor.

Es fundamental desplazar el deporte a las horas en las que haga menos calor. Son ideales las primeras horas de la mañana o las últimas de la tarde, evitando siempre en cualquier caso la franja de 12 a 17 horas, puesto que a esas horas podría darte un golpe de calor. También llamado hipertermia, es la pérdida por parte del cuerpo de la capacidad de regular la temperatura corporal a consecuencia de un exceso de calor. Se da especialmente en climas secos a partir de los 35ºC y en climas húmedos o costeros, a partir de los 30ºC. Es imprescindible mantenerse refresacado.

2. Hidratarse bien.

Y en mantenerse refrescado influye el tener una correcta hidratación, algo que es fundamental para cualquier situación pero de manera especial para hacer deporte. Es aconsejable beber agua a sorbitos pequeños pero de manera constante; esto es, al menos cada 20 o 30 minutos, sin esperar a tener sed. No está de más aliarse de bebidas isotónicas si la actividad física va a ser intensa. Sin embargo se debe evitar el alcohol, ya que puede dificultar la hidratación.

3. Opta por deportes veraniegos.

Una opción puede ser en lugar de eliminar tus rutinas deportivas, sustituirlas por otras más refrescantes. Los deportes de agua son una opción. Surf, piraguas, natación y una gran cantidad de deportes acuáticos en los que cambiarás el pantalón deportivo por el bañador. Y no es necesario que vivas cerca del mar, porque muchas de estas actividades se practican en ríos o incluso en piscinas. Tampoco hace falta que seas un gran deportista, ni mucho menos nivel Tokio. ¿Qué tal unas clases de aquagym en la piscina municipal?

4. Protegerse del sol.

Sean deportes veraniegos o los deportes atemporales, y aun practicándolos en horas no centrales, es imprescindible protegerse del sol utilizando cremas solares que protejan de los rayos UVA y UVB, con al menos factor 30 (factor 50 en niños). Estas cremas deben ser resistentes al sudor, preferiblemente también al agua, y adecuarse en la medida de lo posible a la piel de cada persona. No debemos olvidar ninguna parte del cuerpo, ni rostro, ni antebrazos. Y también en días nublados o en los que corra brisa es importante protegernos, así como si ya estamos morenos. El sol quema igualmente y la piel tiene memoria por lo que las quemaduras de hoy pueden ser un problema mañana.

5. Alternar deporte y descanso.

Además de cuidar la intensidad, es importante siempre pero especialmente en verano alternar el deporte con el descanso. El cuerpo necesita de ese descanso, por lo que debemos tener en cuenta a la hora de programar nuestras actividades

deportivas: dejar tiempo para la recuperación. Dormir bien y las horas necesarias también es fundamental, así como acompañar el descanso con una dieta equilibrada. ¡Y a disfrutar del movimiento!

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