Cuatro consejos para cuidar nuestra piel en invierno

El frío no es un buen aliado de nuestra piel.

Cuatro esenciales consejos -y una recomendación extra- para tener este invierno una piel hidratada y sana. 

Aunque este año parece venir menos frío que el anterior, sin ‘Filomenas’ ni grandes nevadas, el frío invernal ya se ha instalado en nuestras casas... y en nuestros cuerpos. Según el lugar donde vivamos, estaremos expuestos a un frío más llevadero, que se quita poniéndonos capas de ropa una encima de otra, o utilizando buena ropa térmica. Mientras, en otros lugares, aunque los grados no desciendan tanto, el frío es más húmedo y cala hasta los huesos. Sea como sea, nuestra piel es una de las que más se resiente al frío y debemos darle unos mimos y cuidados especiales en esta época del año. Te dejamos cuatro consejos para cuidar nuestra piel en invierno.  

 

1. Hidratación.

Si mantenernos hidratados es fundamental durante todo el año, en las épocas del año más extremas es especialmente necesario. Por eso, en invierno -como sucede en verano por otras razones- es muy importante estar hidratados. Pero no solo directamente hidratar nuestra piel, sino también nuestro organismo. Beber la suficiente cantidad de agua -al menos dos litros de agua al día, aunque lo recomendable es tres litros- tiene un reflejo directo en nuestra piel, evitando la sequedad. Por supuesto a ello también se le suma hidratar de manera directa nuestra piel, con cremas que se adapten al tipo de piel que tengamos. Es importante hacer uso de cremas específicas si tenemos piel atópica o algún tipo de dermatosis (dermatitis atópica, psoriasis...), casos en los cuales deberemos optar por los adecuados emolientes.

 

2. No lavar las manos demasiado.

Aunque la pandemia nos ha llevado de lleno al lavado constante de manos, no siempre nuestra piel lo va a agradecer. Un exceso de lavados puede derivar en una dermatitis de desgaste. Si debido a tu trabajo vas a necesitar lavarte constantemente las manos, es preferible optar por llevar guantes de trabajo. Los geles hidroalcohólicos no ayudan, ya que dañan aún más la piel. Es por eso que es preferible agua y jabón al uso en exceso de estos geles. También se puede usar cristalmina o alguna sustancia menos corrosiva. En cualquier caso, productos suaves y testados dermatológicamente. Por otro lado, usar crema de manos nos ayudará como barrera ante la posibilidad de que la piel sea dañada.

 

3. Usar elementos de protección.

Del mismo modo que es recomendable el uso de guantes de trabajo si vamos a necesitar una higiene extra de manos, es conveniente cubrir las zonas que van a estar más expuestas al frío. Esto incluye desde usar gafas de sol y protección solar diaria aunque sea invierno, hasta usar guantes y prendas de abrigo que resguarden a nuestra piel del frío.

 

4. Ni muy frío ni muy caliente.

Los contrastes no son buenos para nuestra piel, al menos en invierno. Es por ello que ducharse con agua demasiado caliente (y también demasiado fría) no es conveniente en esta época del año. Lo ideal es ducharse con agua tibia para que resulte agresiva para nuestra piel. Además es recomendable no bañarse más de una vez al día puesto que un exceso de agua y geles podrían provocar que la deshidratación aumentara. Mantener unas temperaturas medias también se aplica a la hora de evitar cambios bruscos. Pasar de un ambiente con calefacción a un frío polar además de poder acarrearnos un resfriado, es perjudicial para nuestra piel.

Y por último, como consejo extra, cuidar nuestra alimentación y evitar hábitos nocivos como el tabaco, puesto que nuestro organismo y nuestra alimentación y hábitos son el primer aspecto a tener en cuenta si queremos tener una piel hidratada, rejuvenecida y brillante.