Más de 1.200 personas, unidas para defender los derechos de las personas trans

Manifestación feminista. Foto: JEXA
Más de 1.200 personas se han adherido al manifiesto ‘Feministas por los derechos de las personas trans’. Un texto que llega en plena actualidad tras la propuesta de Rachel Levine como subsecretaria de Salud en EEUU, la primera persona transgénero en un alto cargo del Gobierno. 

Este martes, Joe Biden, el presidente electo de EEUU, anunciaba que Rachel Levine, una mujer, doctora de 64 años, ocuparía el puesto de subsecretaria de Salud. Excelente CV y formación que no eran, sin embargo, las causantes de que la noticia acaparase titulares en todo el mundo. Rachel Levine será la primera persona abiertamente transgénero que se convierte en un alto cargo del Gobierno.

“No importa su raza, religión o identidad de género”, ha defendido el presidente electo, abogando porque lo único en lo que ha basado su decisión es en la profesionalidad de la persona y en su evidente conocimiento y trabajo para frenar la pandemia del COVID-19.

Sea o no esta la única motivación de Biden a la hora de esta elección, lo cierto es que ha sido muy bien acogida por la evidente necesidad de ayudar a la integración de las personas transexuales en el mercado laboral, donde aún a día de hoy existe un marcado sesgo.

Esta noticia internacional llega a España en un escenario en el que el Ministerio de Igualdad ha anunciado que está trabajando en la elaboración de una ley trans que termine con una de las dolencias más lamentadas históricamente por el colectivo trans. La transexualidad, en pleno siglo XXI, sigue estando catalogada como una patología. El Gobierno ha asegurado que esta ley acabará con la despatologización de la transexualidad, lo que lograría que ya no tenga un médico que decidir si una persona quiere cambiar de sexo, sino que se permitirá que sea el individuo quien decida la autodeterminación de su género.

La ley que está ultimando el Ministerio que lidera Irene Montero ha despertado, sin embargo, críticas en determinado sector del feminismo, al considerar que este apoyo a las personas trans podría provocar una pérdida de protección de los derechos específicos de las mujeres cuando estas son víctimas de una opresión por razón de sexo.

Un razonamiento que no comparte la mayoría feminista y que ha llevado a que más de 1.200 personas se hayan unido para firmar el manifiesto ‘Feministas por los derechos de las personas trans’. El documento, que puede firmarse de manera online, ya acumula 1.275 firmas a título personal, y se han sumado más de 120 asociaciones de todo tipo. Entidades como Plataforma Feminista 8M, de Tenerife; Asamblea feminista y Docentes LBTB+, de Madrid; colectivo de Mujeres Feministas de Huesca; Colectivo de Prostitutas de Sevilla; Jornaleras de Huelva en Lucha; la entidad ‘Ni una menos’, de Berlín; la asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDHA), de Sevilla, o el Movimiento Feminista de Murcia, por solo citar algunas.

“El feminismo es un proyecto que existe para ampliar las posibilidades de vida de la mayoría de las personas y, por lo tanto, para garantizar los derechos de todas las mujeres. No se puede usar para oponerse o para cuestionar los derechos de las personas trans, que se enfrentan cotidianamente con el estigma y la discriminación en muchos ámbitos de sus vidas –en el laboral, el de la vivienda, en el ámbito de la salud, en el de la burocracia institucional, etc.–. En tanto feministas, afirmamos que otorgar unos derechos por los que el movimiento LGTBI+ lleva mucho tiempo peleando –incluyendo la autodeterminación de género– no es un gesto en contra de las mujeres. Al contrario, creemos que mejorar las condiciones de vida de las personas trans profundiza y amplia la democracia, mejora nuestra sociedad y fortalece nuestra lucha contra unas normas de género que nos limitan”. Así comienza este manifiesto que puede leerse al completo y firmarse en este enlace.

Así, el texto valora cómo defender los derechos de otros colectivos no solo no pone en peligro a las mujeres, sino que por el contrario enriquece la creación de un mundo más igualitario. “Nosotras, mujeres feministas, apoyamos la redacción y aprobación de una ley que garantice a las personas trans su derecho a la autodeterminación de género, que subsane el desamparo normativo en el que se encuentran y que elimine la desigualdad a la que se enfrentan en la actualidad”, explica el texto que, por supuesto, también está abierto a que se adhieran los hombres. 

“Me gustaría que la percepción de mi género fuese irrelevante. Lo normal sería que pudiese ocuparme de mis asuntos y que me tratasen de manera equitativa y respetuosa, independientemente de cómo me presente. Solo quiero que me dejen ser yo mismo sin tener que preocuparme por los demás”, escribía una persona trans en Reino Unido, según recogía un estudio realizado por la Agencia Europea de los Derechos fundamentales, sobre 'Ser trans en la Unión Europea'.

La igualdad no resta, siempre suma. El objetivo del manifiesto es por lo tanto abogar porque los derechos sean respetados para todos y todas. Que a la próxima Rachel Levine solo se la valore por su excelente cualificación para ostentar el cargo. En Estados Unidos, o en España.